martes, 20 de enero de 2009

Subila al Facebook, Tony


Acá estoy con mi mujer y un amigo de la flía, Barack, que hoy asume a la presidencia de los States. Yo le dije: "My father was a famous president there in Argentina, you know Barack". Shaki me codeaba fuerte, no sé porqué. "I was a kind of advisor of him", le contaba a Barack. El me miró con esa sonrisa compradora -algo que le faltaba a mi viejo, es cierto- y me dijo algo que no alcancé a entender porque mi inglés es bastante limitado. No sé si me ofrecía un puesto en la White House o me mandaba a algún lado. Pero helicopter no dijo. Eso, seguro.

domingo, 11 de enero de 2009

Policías en acción: fui protagonista

Una desgracia con suerte y acción, ¿sigue siendo desgracia? Creo que sí, aunque el gusto sea otro, porque tengo que reponer un cristal roto y varios documentos. Pero podría haber sido peor y menos interesante.
Todo comenzó el viernes entre las 8 y las 8.45 de la tarde. Fuimos con Vero a correr al Parque Ecológico de City Bell, como hacemos habitualmente, y dejamos la mochila con los documentos en la Testarosa. Al volver al auto noté que me habían regalado un cascote. Claro; para entergarlo tuvieron que romper la ventanilla del lado del conductor. Se llevaron a cambio mi mochila con los documentos y mi querida Palm Treo 680.
Puteadas al aire, impotencia, gritos a los opas de la seguridad privada, cambio de cerradura en casa, baja de tarjetas.
El sábado intenté sin éxito hacer la denuncia, hasta el mediodía. Volví a casa con más bronca que otra cosa. Me llamó mi viejo al celular de Vero diciendo que "Sergio" había encontrado la Palm. 0221 (...). Llamé a Sergio y quedamos en que me la entregaba a las 4 de la tarde en un lugar bastante transitado de Villa Elisa.
Sergio, al rato, me mandó un SMS: "Me ofrecen $400 y necesito la plata, ¿Qué hago?". "Yo te los doy", escribió Vero.
Volví a la policía. Expliqué lo que pasó, me tomaron la denuncia y se hicieron las 3.45. Vero y yo nos subimos a la Testarosa y seguimos a dos polis de civil, que manejaban un Taunus desvencijado. Habrán sido 4 kilómetros. La adrenalina o el miedo los hicieron interminables.
"Cuando vea que hablás con un pibe, me acerco por detrás y lo encañono", me tranquilizó el oficial de calle, o no.
El Taunus estacionó a tres cuadras y el poli se fue "a tomar un heladito" a la zona. Esperé 5 minutos y manejé hasta el punto de encuentro. Estacioné a la sombra y caminé hasta esa iglesia evangélica de la esquina en la que habíamos quedado.
Yo era un manojo de nervios y ansiedad, aunque no sé por qué ya no estaba asustado. Esperé 10 minutos, mirando de reojo al auto, donde me esperaba Vero, y al poli, sentado a la sombrita, enfrente.
Apareció "Sergio". Me saludó como a un amigo. "¿Querés la Palm?", preguntó, y la sacó de su bolsillo. Estaba impecable, con todos mis contactos incluidos. "La compré", siguió, mientras yo intentaba hacer tiempo hasta que se acercara la ley, miraba de reojo el auto y guardaba mi Palm. "Cómo, ¿no la habías encontrado?", me esforzaba para seguir la conversación.
El policía y un panzón se acercaron, mostraron el arma y se sentaron los tres. "Yo lo conozco, no es chorizo, no tiene antecedentes", informaba el panzón, para tratar de ablandar a "Sergio".
"Sergio" amenazó con llamar a 5 abogados, entrar y salir de la comisaría. E insistía en que la compró y actuó de buena fe por "el pobre pibe al que le habían robado". "Quería recuperar mi plata", justificaba. Yo, callado y más tranquilo, esperaba instrucciones.
Habrán sido otros 10 minutos. "Sergio" tiró un nombre -Juan Cruz- y el panzón dijo al aire: "¡Ese hijo de puta!". En el medio, una chica vino con una rosa hasta el panzón, que con un guiño y una seña le dio a entender que esperara en la otra esquina.
"Sergio" y el policía se subieron a un patrullero que llegó al lugar. "Vamos a la comisaría", me indicó el oficial. Manejé, ya con mi Palm y con Vero, a quien dejé en casa.
Dos horas más en la comisaría, sentado en frente de "Sergio", que me hablaba como si aguardáramos al doctor en una sala de espera. "Sergio" dio su declaración. Después entré yo, fotografiaron a la Palm. Después esperé de nuevo afuera. Después pedí irme a mi casa, a 10 cuadras de la Comisaría, y prometí volver cuando me llamaran con los papeles de la Treo. Eso hice a la media hora.
"Sergio" esperaba afuera de la comisaría, con su novia y otro pibe, sentado en el pilar donde hay una virgen. "Voy a hacer que aparezcan tus documentos, por la plata no te hagas problema", me dijo. Le sonreí, levanté el pulgar en signo de "Ok" y entré. Firmé la declaración, un par de fotos al auto y a casa.
Ahora, quizás pasado de acción, pienso en llamar a "Sergio" y decirle que me acordé que, cuando hablamos por primera vez, dijo que vio una mochila negra tirada en la calle donde encontró la Palm. Nunca le había dicho yo que me habían robado la mochila, y menos que era negra. "Devolveme todo y digo que un remisero encontró los documentos", imagino que le digo. O no. O llamo al policía y le cuento que me acordé de eso. En una de esas evito la decena de trámites para renovar todos los documentos.
La Palm está impecable. Borraron mis fotos y mi música. Un quiosquero gordo se ríe desde una imagen que tomó "Sergio". Y "Tu vas a volar", una cumbia de Mario Luis, sale por el parlante de la Treo. Creo que eso es lo que más me molesta de todo esto.

jueves, 8 de enero de 2009

Salvemos al porno (¿qué son u$s 5.000 millones más?)


La industria del porno de Estados Unidos pide ayuda para afrontar recesión
Washington, 7 ene (EFE).- Joe Francis y Larry Flynt, dos de los principales empresarios de la pornografía de Estados Unidos, pidieron hoy al Gobierno que ayude a su sector, dado que a su juicio la recesión ha actuado como "una ducha de agua fría nacional".
Para recuperarse del bajón, Francis, director del programa de televisión y la revista "Girls Gone Wild" ("Chicas salvajes"), y Flynt, el editor de la publicación "Hustler", solicitaron al Congreso 5.000 millones de dólares para los acicates del deseo.
"Con todo el sufrimiento económico y la pérdida de tanto dinero, el sexo es lo último en lo que la gente piensa", dijo Flynt en un comunicado. "Es hora de que el Congreso rejuvenezca el apetito sexual de Estados Unidos", añadió.
Las ventas y alquileres de vídeos pornográficos cayeron un 22 por ciento el año pasado en Estados Unidos, al tiempo que aumentó el tráfico en Internet, según la declaración, que indica que aproximadamente la mitad de los usuarios de la web visitan páginas "XXX".
Los empresarios del sexo insistieron en que su sector necesita ayuda, pese al gran interés por sus fotografías y videos online, de los que disfrutan más de 75 millones de estadounidenses cada mes, según sus datos.
"El Congreso parece dispuesto a rescatar a los sectores más importantes de la nación y creemos que merecemos la misma consideración", señaló Francis. Por su parte, Flynt hizo un llamamiento a la Legislatura de Estados Unidos, sacudida periódicamente por los escándalos sexuales, a pensar en el bien del país.
"La gente está demasiado deprimida para ser activa sexualmente", se quejó. "Esto es muy malo para nuestra salud como nación. Los estadounidenses pueden prescindir del automóvil, pero no del sexo", alertó.

martes, 6 de enero de 2009

¡Y dale con la redistribución!


Estoy re redistributivo y re desorientado. Mi instinto anarco-comu-socialdemócrata está que trina por el giro hacia la derecha que da el Gobierno. Quizás mi formación comunicacional hace que lo que más me moleste sea el disfraz de progresismo detrás del que se esconde todo esto. O no. Eso no deja de ser una superestructura que apenas maquilla las contradicciones estructurales -diría uno de los hermanos Marx, no me acuerdo si Groucho o el otro-.
Sí, sí, ya ordeno mis pensamientos, momentito que este es mi blog. Tuvimos anuncios neokeynesianos a rolete. Ahora resulta que el que gana más de 3000 pesos puede comprarse un 0km financiado por el Gobierno -no es de progre cuestionar el origen de los fondos; sepa disculpar, futuro jubilado, porque estamos a favor de la injerencia estatal-.
Bueno, se supone que aquel que gana más de $ 7000 no necesita ayuda oficial y no va a querer un auto básico y chiquito. Pero ahora tiene un sueldito más en el banco, porque borramos la tablita de Machinea y se ahorra cerca de 4500 mangos al año -tampoco es de progre discutir una decisión que inyecta metálico en los trabajadores, que eso son al fin y al cabo quienes ganan sueldos que triplican la media-.
Y si estos muchachos quieren cambiar la heladera, también los ayudamos. Si necesitan un crédito para comprar el plasma, más ayuda. Si se les ocurre conocer el Calafate o el Cafayate, ¡viva Perón!, los ayudamos.
Ahora... si usted es jubilado y por una de esas casualidades lee este blog, no desespere. La Señora del Atril puso 200 mangos en su bolsillo, por única vez, para la sidra y el pan dulce -¡qué pedazo de sidra se puede comprar con esa plata, eh!!-.
Y si usted gana el mínimo y tiene tiempo y recursos para entrar a Internet y de casualidad se topó con este espacio, el Gobierno lo premia con otros 200 pesitos, también por única vez, no sea cosa que se acostumbre a los excesos consumistas.

Pero guarde el dinero, mi querido amigo. Porque seguro que usted viaja en colectivo o en tren o en subte o en una combinación de los tres desvensijados transportes públicos para ir de casa al trabajo y vice versa, haciendo peronismo al cuadrado. Se viene el aumento del boleto, que se va a llevar, de a 10 ó 20 centavitos, esos 200 mangos recién inyectados.
¿Cómo? ¿Usted tiene un autito algo viejo, pero cuidadito, que sobrevive a gas pa' no gastar? bueno hombre, le aumentamos los peajes hasta 110%, porque no es justo que el plato sólo lo paguen los que andan en bondi, sabrá entender.
Y la rueda sigue girando, aunque para el otro lado. Muy a pesar de Keynes, Groucho Marx, Juan Domingo y el resto de la banda de redistribucionista, que se revuelca en su tumba. Y no de risa.

sábado, 3 de enero de 2009

Exclusivo: la batalla por el galeón


En medio de la crisis mundial, la esperanza proviene del fondo del río. El galeón del siglo XVIII hallado en Puerto Madero trajo algo más que vasijas y funcionarios porteños con cascos de construcción. Fuentes arqueológicas indicaron a LVM que el Río de la Plata y sus costas esconderían más reliquias de los tiempos coloniales, lo que desató una batalla entre el gobierno nacional y el ejecutivo de la Ciudad para apropiarse de los esperados doblones en tiempos de vacas flacas.
El apresuramiento de Mauricio Macri para fotografiarse en el lugar del descubrimiento no habría obedecido sólo a un afán proselitista. Por el contrario, habría sido el primer paso de la Jefatura de Gobierno porteña para demostrar que esos restos le pertenecen “a los vecinos”, como dijo el ex presidente boquense. Así, el oro que se espera encontrar en otros galeones iría a parar a las arcas comunales.
En el Ministerio de Hacienda porteño habrían comenzado a planificar a cuenta. Asignarían doblones a contratar más jóvenes-cartel que muestren que “La Ciudad trabaja”. Otra parte del botín, aunque menor, iría a financiar algunos arreglos de calles para que los jóvenes-cartel puedan mostrar, precisamente, que “La Ciudad trabaja”. Y si queda algo, tratarían de mejorar la situación edilicia de las escuelas públicas, aunque habrían descartado de plano darles aumento a los maestros, como castigo “porque no quieren que nuestros chicos vayan a clases”.
Pero el Ejecutivo nacional le disputaría el botín. Alegaría la soberanía sobre todo barco que surca o ha surcado las costas, hasta las 200 millas marinas. El ala dura del Gobierno ya habría planteado estatizar edificios en Puerto Madero porque, dicen, “si ahí se descubrió un galeón, seguro que debe haber 10 ó 20 más”. Y argumentan que el área se encuentra “a menos de 200 millas de la costa”, aunque de este lado. Por algo, dicen, Kirchner ya se mudó de su oficina en esa ciudad a Olivos.
Con ese dinero, cuentan, Cristina Fernández podría seguir con su proyecto de distribución del ingreso sin comprometer los superávits gemelos. A la eliminación de la Tablita de Machinea, que inyectó cerca de $ 4.500 a quienes ganan $ 7.000 al mes, y a la asignación de $ 200 por única vez a quienes perciben el salario mínimo de $ 1.240 y a los jubilados, seguirían otras medidas “para dar más a quienes menos tienen”. Una versión dio cuenta de que si el botín es grande, podrían eliminar el impuesto a las Ganancias, aunque descartaron de plano bajar el IVA a la canasta básica.
La batalla por los doblones recién comienza. La Corte Suprema tendría la última palabra.