El lunes pasado, dos días después del comienzo de la carrera electoral, Macondo empezó a vestirse de fiesta para recibir otra vez a las cajitas de cartón. Decenas de obreros con pecheras naranjas y verdes se volcaron a las calles a colorear de amarillo radiante y blanco cal los cordones. Los muchachos comenzaron a pintar a la ciudad de democracia.
Macondo puede ser Berazategui, Villa Elisa, San Miguel o Vicente López. Puede ser radical, peronista, vecinalista o pró. Pero los cordones siempre son más blancos y más amarillos a menos de dos meses de las elecciones.
Después, más cerca de la jornada cívica, taparemos los pozos de las calles, reacomodaremos los cartelitos con los nombres y cambiaremos algún que otro foquito de luz para iluminar las largas noches de invierno.
Macondo se empieza a vestir de fiesta, aunque la lluvia del martes borroneó el falso blanco-ala que una mano de cal deja en los cordones. No importa. Tenemos 45 días más para que lleguen radiantes al domingo 28 de junio.
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